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Dios bendice 
       a quienes no siguen malos consejos
       ni andan en malas compañías
       ni se juntan con los que se burlan de Dios.
Dios bendice
       a quienes aman su palabra
       y alegres la estudian día y noche.
Son como árboles sembrados
       junto a los arroyos:
       llegado el momento,
       dan mucho fruto
       y no se marchitan sus hojas.
       ¡Todo lo que hacen les sale bien!
Con los malvados
       no pasa lo mismo;
       ¡son como el polvo
       que se lleva el viento!
Cuando sean juzgados,
       nada los salvará;
       ¡esos pecadores no tendrán parte
       en la reunión de los buenos!
En verdad,
       Dios cuida a los buenos,
       pero los malvados
       se encaminan al fracaso.

Salmo 1

Traducción en lenguaje actual (TLA)

Copyright © 2000 by United Bible Societies

Señor, crúzate en mi camino, ahora voy de prisa, ensimismada en mi misma, en mis planes y proyectos de vida, sin querer dejar pasar las oportunidades que han llegado a mis manos. Más a ti Señor te pido, crúzate en mi camino. Deténme, y házme reflexionar sobre lo que realmente importa, muestrame el peso de la eternidad y que el ahora es una preparación para lo eterno. Que cada situación buena o mala, la encare a la luz de tu palabra.

Deténme Señor, que en realidad no soy tan fuerte como los otros me ven, y la autosuficiencia que proyecto es un orgullo que hoy pongo a tus pies. Muestrame que la humildad es el fruto de una comunión constante contigo, no un vestido o careta que me quito y me pongo cuando quiero lograr algo.

Deténme en éste camino, Señor, para poder ver las necesidades de los demás y darle de lo que Tú me haz dado; para reconocer que son tus méritos y no los míos los que salvan mi vida.

Deténme, déjame ver lo breve que es la vida y la perversidad del pecado. Dame valor para denunciar lo malo aunque el mundo lo llame bueno.

Deténme, para poder ver que en tu reino las cosas funcionan diferente ; donde el último es el primero. Dame de Ti, para poder vivir aquí (donde todo es al revés), con los principios de tu reino.

Señor, que por fin entienda que Tú eres más que suficiente, que todo aquí pasa rápidamente y que mi propósito en la tierra es servirte, honrarte y proclamarte; no vivir yo, sino que Tú vivas en mí. Entonces tendré vida y vida en abundancia.
Que nuestro compromiso con tu Palabra sea tan fuerte que ninguna ideología bonita pueda perturbarnos. En la actualidad hay miles de pensamientos y doctrinas, pero pocos encierran la verdad de tu Palabra. Que nuestra mente esté tan renovada con la Palabra de verdad que cualquier nota discrepante suene insoportable a nuestros oídos. No debemos ser tolerantes frente a la mentira, debemos de ser veraz en todo momento, y saber que seremos perseguidos en un mundo donde la mayoría corre desenfrenadamente tras sus propios conceptos y criterios de cómo tienen que ser y hacerse las cosas. Más nosotros corremos guiados por el autor y consumador de la Fe, Cristo Jesús quien derramó su preciosa sangre para que tengamos salvación y mientras estemos en éste mundo, ser luz y sal, anunciando tan valioso evangelio. Que nuestro corazón pueda decir como el salmo 119: Oh cuánto amo yo tu ley, todo el día medito en ella.
Bendito y Santo eres Dios. Gracias! Gracias por revelarte a mi vida. Gracias por dejarme ver una ínfima parte de cómo es tu reino. Un reino sin envidias, sin celos ni contiendas, un reino donde el último es el primero, o sea, no hay últimos, todos ocupamos el mismo lugar.

Pero para pertenecer a éste reino, hay que nacer de nuevo, tiene Cristo que nacer en nuestras vidas, tiene Cristo que vivir en nosotros, como dijo Pablo, ya no vivo yo, más vive Cristo en mi. Y si vive Cristo en mi, ya no ando más en la vanagloria de la vida, pensando en lo que puedo alcanzar aquí, o disfrutar aquí, sino más bien pesando en lo que todo lo que tengo allá, en mi hogar celestial.

Sabiendo que nuestra vida presente tiene un propósito, y es la de ser probados, pasado por el fuego, para luego salir de ahí purificados, santificados, capacitados para la predicación del evangelio. Resplandecer en medio de ésta innegable oscuridad y ser luz y sal en ésta tierra.

Gracias Señor por las veces que tengo que morir a mi misma, a mi naturaleza carnal y pecaminosa, gracias por enseñarme a amar sin ser amada, amar aún siendo rechazada, a dar sin recibir nada a cambio.

Gracias mi Cristo, porque Tú me haz enseñado la brevedad de la vida, para así poder ocuparme de lo que realmente importa, cosas que no reciben aplausos del hombre, pero si una sonrisa de Dios .

Gracias Señor por mostrarme que por más que tengamos, sino te tenemos a Ti, nada poseemos, somos árboles secos, incapaces de dar frutos verdaderos.


Gracias Señor por darme las fuerzas para llevar mi cruz cada día. Gracias por levantarme cada mañana, gracias por ser Tú mi salud y mi sustento siempre.


Tenemos que entregar nuestras vidas, para que Cristo nos devuelva la genuina, la verdadera vida que está en El.

El siendo Dios, lo dejó todo por venir a salvarnos, liberarnos de la muerte eterna. De tal modo, renunciemos nosotros a aquellos ¨derechos¨ que según nosotros merecemos porque no existe en el universo un ser que tuviera más derecho que Jesús, más renunció a su reinado celestial por venir a la tierra. El era y Es Dios, todo le pertenece, más sin embargo, decidió nacer en un pesebre. Tú entiendes la magnitud de éste hecho? Yo apenas puedo percibir algo, pero es suficiente para saber que sólo en El se encuentra la plenitud y verdadera satisfacción del alma humana, sólo en El se encuentra nuestra salvación. Amén.