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Un día como hoy, hace un año, mi hermano de 30 años de edad (Hernán Moisés Jiménez) falleció en un accidente de tránsito.

Cuando pienso en lo difícil que me fue manejar ese día y en la ausencia de mi hermano todo este año, siento una fuerte tristeza. Es como si una parte de mi cuerpo ha sido amputada. Me duele su ausencia, me hace falta mi hermano.

Pero por otro lado, le doy gracias a Dios por su obra en la vida de mi hermano, y especialmente por como se le reveló en los últimos 2 meses antes de su muerte.

Aunque ni yo, ni mi madre, ni mis hermanas, ni el resto de mi familia sabía que Moisés fallecería ese domingo en la tarde del 11 de Mayo del 2014, Dios si lo sabia, y había estado trabajando en la vida de mi hermano con fines de revelarse a su vida para salvación.

Así como Dios había determinado cual sería el día de salvación del ladrón en la cruz de Lucas 23:42-43, pienso que así mismo Dios había determinado la hora de salvación de mi hermano.

La Biblia nos dice en el libro de los Hechos capítulo 17 y versos del 26 al 27, que Dios ha establecido los tiempos y los límites en los que cada ser humano existirá en la tierra. Es decir, Dios ha determinado en que familia, país, cultura y época de la historia humana cada uno de nosotros existirá, con el fin de que cada uno de nosotros le busquemos.

Dios había determinado que Moisés naciera en la República Dominicana y específicamente dentro de mi familia el 23 de Agosto del 1983, y que tuviera la oportunidad de escuchar el evangelio de Jesucristo de manera clara en los últimos dos meses de su vida; especialmente 5 días antes de partir, cuando el y yo, sentados en la mesa del comedor de mi hogar, conversáramos sobre quien era Jesús y que significaba creer en el de acuerdo a la Biblia.

Moisés me hace falta, y el dolor de su ausencia es profundo dentro mi ser. Pero por otro lado, tengo la alegría de saber que el Dios creador del mundo y de todo lo que existe le amó mas que yo o cualquier miembro de mi familia lo pudo amar, y que lo hizo de tal manera que se encarnó en cuerpo de hombre para venir a morir en un una cruz inmerecida por causa de nuestros pecados, y que luego determinó, no solo el día, hora y lugar donde Moisés habría de nacer, sino también el día, la hora y el lugar donde Moisés debía escuchar el mensaje de las buenas nuevas de salvación de Jesucristo para salvación de su alma.

Moisés me seguirá haciendo falta mucho tiempo hasta ese día en que ambos nos encontraremos de nuevo en la gloria de nuestro Señor, pero estaré toda mi vida agradecido a Jesucristo por haberse revelado a su vida en el momento que Moises mas lo necesitó, justamente antes de morir.

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Moises (lado izquierdo) y yo en el día de su graduación de la universidad. Marzo 2009,