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“One of the most wonderful things about being a Christian is that I don’t ever get up in the morning and wonder if what I do matters. I live every day to the fullest because I can live it through Christ and I know no matter what I do today, I’m going to do something to advance the Kingdom of God.”

— Charles Colson

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Excelente participación del Dr. Miguel Nuñez en el debate sostenido con el activista gay, Arq. Juan Emilio Jiménez Coll, sobre el tema “Homosexualidad - ¿Opción Sexual o Enfermedad?

Hoy en día, en nuestras iglesias, estamos perdiendo una fe bíblica que guíe nuestra visión de la sexualidad y que determine la forma en que pensamos y nos comportamos sexualmente. Mi conclusión es que no existe una fórmula, técnica, o programa de doce pasos que nos ayuden a recuperar esa fe. De hecho, esos tipos de estrategias para la recuperación sexual no son mas que una distracción en la búsqueda de la verdadera solución.

Harry W. Schaumburg, “Undefiled: Redemption From Sexual Sin, Restoration For Broken Relationships”, Moody Publishers (2009), p. 66

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Yo deseo conquistarme a mi mismo en todos los aspectos,
Para vencer a mi cuerpo con sus pasiones y deseos,
Para mantener mi carne dominada,
Para proteger mi masculinidad de todos los pecados groseros,
Para comprobar el poder refinado de mi mente natural,
Para vivir enteramente para tu gloria,
Para hacerme sordo a la censura y la alabanza inmerecida de los hombres,
No deseo tanto hacer, sino más bien ser,
Mi anhelo es ser como Jesús;
Si tú me enderezas, derecho seré,
Señor, yo te pertenezco a ti,
Hazme digno de ti.

Arthur Bennett, The Valley of Vision: A Collection of Puritan Prayers & Devotions, 223

Un hombre piadoso, que vive una masculinidad redimida, es aquel guiado más por la Palabra de Dios que por su propia sabiduría. Él es un hombre que asume sus responsabilidades y se esfuerza por responder a las necesidades de los demás en lugar de buscar sus propios placeres inmediatos. Su esposa y las demás personas que lo rodean, no lo ven como un hombre que busca establecer su propio camino, sino como alguien que ofrece orientación y dirección. Él enfrenta con gusto los retos difíciles, no sólo en su trabajo, sino también en los espiritual y relacional de su matrimonio y su familia. Él no es un debilucho, sino un hombre decisivo; por lo que siempre actúa sobre los instintos que Dios le ha dado para proteger y para tomar la iniciativa en el ámbito relacional y sexual. Este es el hombre en el cual su esposa ​​encuentra consuelo y seguridad.

Harry W. Schaumburg, “Undefiled: Redemption From Sexual Sin, Restoration For Broken Relationships”, Moody Publishers (2009), p. 81

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“Permanecer vírgenes hasta el matrimonio, una práctica casi perdida por completo dentro de la iglesia, sigue siendo el estándar de Dios. Pero ser virgen o "técnicamente virgen" en su noche de bodas no es todo lo que Dios quiere de usted. La redención sexual es vivir espiritual y sexualmente para un propósito mayor que el de su propia agenda personal.

La manera en que manejamos nuestra sexualidad y espiritualidad tiene que mostrar la supremacía de Cristo en nuestras vidas.”

Harry W. Schaumburg, “Undefiled: Redemption From Sexual Sin, Restoration For Broken Relationships”, Moody Publishers (2009), p. 27

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“El antropólogo británico J.D. Unwin estudió ochenta y seis culturas que abarcan cinco mil años de historia de la humanidad y se encontró que, sin excepción alguna, las culturas prosperaban cuando se restringía el sexo para el matrimonio, mientras que ninguna cultura sobrevivía tres generaciones luego de haber decidido ignorar ese estándar.”

Harry W. Schaumburg, “Undefiled: Redemption From Sexual Sin, Restoration For Broken Relationships”, Moody Publishers (2009), p. 27

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En esta era postmoderna, no podemos permitirnos decir que creemos en el pecado [como raíz de nuestras adicciones] para luego apartarnos del poder del evangelio en busqueda de técnicas humanas para tratar de curar nuestro engañoso corazón. Colocarnos una banda elástica en nuestra muñeca, confesar nuestros pecados secretos a un grupo de personas para encontrar aceptación y confort, o reportarnos diariamente a un patrocinador, nunca podrá conquistar ese pecado que "nos asedia" (Hebreos 12:1).

Harry W. Schaumburg, “Undefiled: Redemption From Sexual Sin, Restoration For Broken Relationships”, Moody Publishers (2009), p. 47,48,52

Nosotros los cristianos no podemos, ni queremos, imponer nada a nadie. Lo que nosotros queremos, dicho en las maravillosas palabras de Richard Neuhaus, es hacer una propuesta. Estamos proponiendo una mejor manera de vivir. ¡Ven a la fiesta! ¡Ven y únete a nosotros!

Y por lo tanto, lo que nosotros tenemos que hacer antes que cualquier otra cosa, es preguntarnos: “¿Cómo puedo mostrarle a mis amigos, vecinos y socios, que realmente existe una mejor y más excelente manera de vivir?"

Mucho de eso será determinado por la manera en que usted y yo nos comportemos en esta vida, porque los cristianos siempre necesitamos ganarnos el derecho a ser oídos. Nosotros no tenemos ninguna base para acércanos a las personas y decirles: "¡Esta es la manera de como debes vivir!". Sino, que tenemos que acércanos a ellos y decirles, como le diría un mendigo a otro en búsqueda de comida: "Déjame mostrarte".

Si mantenemos esa clase de humildad, tendremos una gran propuesta que ganará cualquier debate.

Mi sueño más grande en la vida es el de ir y argumentar que la visión cristiana del mundo es la única cosmovisión verdadera; un caso que creo poder demostrar frente a cualquier tribunal objetivo, si es que usted pueda encontrar alguno hoy en día. Sólo existe una visión del mundo que sea racional y que tenga sentido, y ese es el punto de vista bíblico. Todas las demás visiones del mundo son falsas, y puedo demostrarlo.

Una vez que usted puede hacer esto con amor, entonces comenzaremos a darle giro a esta cultura.

Charles Colson, The Clash of Worldviews, 2006

“Si me descubro teniendo un deseo que este mundo claramente no puede satisfacer, la explicación mas probable es que fui hecho para otro mundo”

C. S. Lewis, Mero Cristianismo

Mis labios están listos para confesar,
Pero mi corazón es lento para sentir,
Y mis maneras difíciles de corregir.
Te entrego mi alma;
Quebrántala, hiérela, doblégala, moldéala.
Desenmascara en mí la deformidad de mi pecado,
Para que lo pueda odiar, aborrecer y huir de él.

Arthur Bennett, The Valley of Vision: A Collection of Puritan Prayers & Devotions, 127

¡Oh, mí pecado crucificado, pero nunca mortificado por completo!
¡Oh, sus daños en mi larga vida y mi vergüenza de cada día!
¡Oh, esos pecados que moran dentro de mí y que me dominan!
¡Oh, la tormentosa esclavitud de un corazón pecaminoso!
Destruye, oh Dios, el huésped oscuro que mora dentro de mí cuya oculta presencia hace de mi vida un infierno.

Arthur Bennett, The Valley of Vision: A Collection of Puritan Prayers & Devotions, 143

“Si bajamos a Dios a nuestro nivel y nos ponemos al nivel suyo, por supuesto que no vemos ninguna necesidad de una salvación radical; requerimos solo de una expiación radical para asegurarla. Por otra parte, si hemos vislumbrado la gloria deslumbrante de la santidad de Dios y hemos sido convencidos de nuestro pecado por el Espíritu Santo para que temblemos delante de Dios y reconozcamos lo que somos, a saber, “pecadores merecedores del infierno”, entonces y solo entonces la necesidad de la cruz aparece tan obvia que nos sorprendemos de no haberla visto antes”.

John Stott, The Cross of Christ, InterVarsity Press (1986), p. 109

Al evaluar la vida y tratar con sus inevitables desilusiones, es fácil comenzar a sentir como si la vida constituyera en si misma una amenaza. Resulta fácil asumir que la función de Dios es contrarrestar las amenazas y mejorar nuestra vida. Es fácil asumir que confiar en él significa creer que Dios hará esto. No obstante, nada esta mas alejado de la realidad. Una pequeña reflexión en torno a la iglesia primitiva nos muestra que los cristianos del Nuevo Testamento jamás intentaron validar la verdad del evangelio por la vía de que mejorarían sus experiencias en la vida. Para ellos, convertiste en cristianos significaba un verdadero sacrificio y en muchas ocasiones la muerte.
Harry W. Schaumburg, “La Adicción Sexual-Un Enfoque Bíblico a la Intimidad Falsa”, Editorial Mundo Hispano (2009), p. 93

La promiscuidad sexual (o como otros le llaman: "libertad sexual") es pecado… Dios diseñó el sexo, pero sólo para ser disfrutado dentro de la seguridad y la santidad del matrimonio.

Digo esto no sólo porque la Biblia lo dice, sino porque también las evidencias lo demuestran. De acuerdo al nuevo libro escrito por los doctores Joe McIlhaney y Freda Bush, junto a Stan Guthrie, y titulado “Girls Uncovered: New Research on What America’s Sexual Culture Does to Young Women” (Chicas al Descubierto: Nuevas investigaciones sobre el impacto que tiene la cultura sexual Americana sobre las mujeres jóvenes), se estima que solo en el año 2010 se produjeron 19 millones de casos de infecciones de transmisión sexual en los Estados Unidos. Piense en ello. Casi la mitad de estos casos se produjeron en jóvenes de quince a veinticuatro años de edad, a pesar de que ellas sólo representan alrededor del 25 por ciento de las jóvenes sexualmente activas (población promiscua).

Estas infecciones incluyen el VPH, la clamidia, la gonorrea, el herpes genital, el VIH / SIDA, la sífilis, y 18 tipos más infecciones de transmisión sexual. Muchas de ellas pueden producir intensos dolores físicos, cicatrización y el riesgo de infectar a otros, así como el cáncer o la esterilidad.

Ahora gente, si esto no es pecado, entonces, ¿qué es?

Chuck Colson, Sin Taxes vs. Sin Subsidies: Redefining Bad Behavior.

Sin la ayuda de Dios, puede modificar sus conductas a través de la fuerza de voluntad e incluso llegar a detenerlas por un largo período de tiempo. Pero continuará luchando con problemas internos sin ninguna esperanza de salir victorioso. El pecado es demasiado poderoso para que se sobreponga por usted mismo. Debe buscar a Dios en sus términos, en quebrantamiento y humildad, enfrentando la condición pecaminosa de su corazón e invitando a Dios a comenzar a sanarle.

Harry W. Schaumburg, “La Adicción Sexual-Un Enfoque Bíblico a la Intimidad Falsa”, Editorial Mundo Hispano (2009), p. 92