Tomado del artículo de Rusell D. Moore titulado: Should I Marry a Man with Pornography Struggles?
Demasiadas mujeres de hoy están viendo las películas "The Notebook" o "Twilight" en busca de indicadores para determinar el tipo de hombre con quien se deben casar, cuando en realidad deberían estar viendo la película "El Hombre Lobo".
¿Ha visto usted alguna vez una de esas películas viejas sobre el Hombre Lobo? Usted sabe, aquella película en la que un hombre aterrorizado y bañado en sudor se amarra a si mismo con cadenas en un sótano y le dice a sus amigos: "Hagas lo que hagas, no importa lo que yo diga o cómo les ruegue, no me dejen salir de aquí." Él ve la llegada de la luna llena y está tomando las medidas de lugar para proteger a todos de sí mismo.
En un sentido muy real, de eso se trata la vida cristiana. Todos tenemos puntos de vulnerabilidad; áreas de susceptibilidad al pecado y a la autodestrucción. Y hay seres caminando en el universo que ven estos puntos y saben cómo colaborar con nuestra biología y nuestro alrededor para masacrarnos.
Entender sabiduría significa saber donde se encuentran esos puntos débiles, reconocer el engaño por lo que es, y mantenernos en guerra contra nosotros mismos con el fin de mantenernos fieles a Cristo y a aquellos a quienes Dios nos ha dado.
Lo que usted necesita como mujer no es un hombre sin pecado, sino un hombre profundamente consciente de su pecado y de su potencial para cometer otros pecados. Usted necesita un hombre que pueda ver lo capaz que es de destruirse a sí mismo y a su familia. Usted necesita un hombre que posea la suficiente sabiduría para, como dijo Jesús, sacar de él todo lo que le esté arrastrando hacia la autodestrucción.
La pornografía es una tentación universal precisamente porque hace exactamente lo que los poderes satánicos desean hacer. Arremeter contra la naturaleza trinitaria de la realidad, una comunión de amor entre las personas, sustituyéndola por un unitarismo masturbador.
La pornografía se rebela contra la imagen de Cristo y su Iglesia mediante la interrupción de la unión de una sola carne, dejando a las parejas como a nuestros antepasados prehistóricos, escondiéndose el uno del otro y de Dios en la oscuridad de la vergüenza.
La pornografía ruge, como Satanás siempre lo hace, en contra de la Encarnación (1 Jn. 4:2-3), sustituyendo la intimidad entre dos personas, con la ilusión de una intimidad individual.
No hay garantía de que usted pueda mantener su matrimonio de la infidelidad, ya sea digital o carnal, pero usted puede asegurarse de que el hombre con quien usted se casará sepa lo que está en juego, sepa como arrepentirse, y conozca el significado de luchar contra el mundo, la carne y el diablo todo el camino hacia una cruz.
En definitiva, encuentre a un hombre que sepa identificar su "luna llena", lo que lo conduce a la vulnerabilidad de su yo bestial. Encuentre a un hombre que sepa cómo subvertirse a si mismo, y como solicitar ayuda a los demás.
Usted no encontrará una bala de plata contra todo esto, pero puede que encuentre a un hombre lobo aferrado al evangelio.