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La gente se ofendió cuando el magnate de los medios Ted Turner llamó al Cristianismo "una religión para perdedores" (el más tarde se disculpó por este comentario). Pero el hecho está, en que en cierto sentido, Ted Turner tenía toda la razón cuando realizó dicha afirmación. El cristianismo es para los perdedores.

Durante mucho tiempo los cristianos hemos dedicado tiempo, energía y dinero haciendo todo lo posible para convencer al mundo de que somos chéveres y ganadores. Y ser chévere en nuestro mundo significa ser tan prominente, próspero, inteligente y exitoso como cualquier otra persona. Basta solo con mirar cómo los cristianos se llenan de orgullo cuando una superestrella del deporte, un actor de cine o un político, profesa su fe. Es como si nosotros gritáramos al mundo: "¡Ves! Esta persona lo tiene todo, y es un creyente… Así que el cristianismo tiene que ser chévere." Queremos hacer desfiles de estas celebridades y su fe ante el mundo.

En su libro “Too Good to Be True” (Demasiado bueno para ser verdad), Michael Horton presenta la siguiente pregunta:

¿Ha visto usted alguna vez a un conserje ser entrevistado por su testimonio?.

La razón por la que no tenemos esas entrevistas es porque los conserjes que temen a Dios no representan la fuerza, la inteligencia, o el estilo atractivo para nuestra cultura. Ellos son vistos como personas menos valiosas que el actor famoso, la estrella del deporte, o el político en ascenso. Y nosotros como iglesia, hemos adoptado la misma categorización.

Sin embargo, el evangelio no es sólo para las súperestrellas, los ilustres y los legendarios, sino también para los perdedores y los derrotados. El evangelio es para aquellos que se han dado cuenta de que son incapaces de soportar el peso del mundo sobre sus hombros y de que no son dioses. Es para las personas que reconocen que sus vidas están en bancarrota si Dios no está presente. Es para aquellos que reconocen, que aunque están llenos de muchas deficiencias, Dios es más que suficiente.

Tullian Tchividjian, “Surprised by Grace: God's Relentless Pursuit of Rebels”, Kindle Location 1284, Crossway Books, 2010.

No hay duda de que el número de diferentes religiones en el mundo, presenta un desafío para saber cuál es la correcta. Primero, consideremos algunas opiniones sobre todo el tema y luego veamos cómo podemos abordar el tópico de manera en que realmente podamos llegar a una verdad y a la correcta conclusión acerca de Dios. El reto de diferentes respuestas para un tema en particular no es exclusivo del campo de la religión. Por ejemplo, tu puedes sentar a 100 estudiantes de matemáticas, darles a resolver un complejo problema y es casi seguro que muchos obtendrán la respuesta equivocada. Pero ¿significa esto que no exista la respuesta correcta? Para nada. Aquellos que obtienen una respuesta equivocada, simplemente necesitan que se les muestre su error y se les enseñen las técnicas necesarias para llegar al resultado final correcto.

El mundo también tiene gran variedad de sistemas políticos, bajo los que mucha gente vive, creyendo que su forma de gobierno es la correcta o la mejor manera de llevar a cabo el orden social. Sin embargo, aunque muchos de ellos hayan crecido bajo ciertos regimenes políticos y hayan sido fuertemente adoctrinados en las creencias de dichos sistemas, aún tienen la capacidad para reconocer las fallas de ciertas formas de gobierno. (p.ej. el fascismo) y ver que otros sistemas son ‘mejores’ (p. ej. la democracia). Ellos lo hacen al examinar los hechos y considerar las diferencias importantes. La capacidad para discernir se vuelve muy importante en el área de la religión y en todas las facetas de la vida, que es por lo que Tomás de Aquino, un hábil teólogo que vivió en los años 1200 d.C., remarcó una vez, “La tarea del filósofo es hacer distinciones.”

Hay muchas otras áreas de la vida en las que encontramos diferentes respuestas al planteamiento de un dilema en particular. Pero esto, por supuesto, nos conduce a la pregunta: “¿Cómo llegamos a la verdad acerca de Dios?” Llegamos a las deducciones apropiadas acerca de Dios, de la misma manera que lo hacemos acerca de cualquier otra cosa – usamos la metodología sistemática que está designada para separar la verdad del error mediante la aplicación de varias pruebas para encontrar la verdad, obteniendo como resultado final, un conjunto de conclusiones correctas. Tal enfoque solo tiene sentido si se aplica de la manera en que es usado diariamente en otras disciplinas. ¿Puedes imaginarte los resultados finales a los que llegaría un científico, si entrara al laboratorio y comenzara a mezclar diferentes cosas a tontas y a locas sin razón alguna? ¿O si un médico comenzara a tratar a un paciente solo con medicinas hechizas, en la esperanza de que le surtieran buen efecto? Ni el científico ni el médico optarían por tales métodos; en lugar de ello, utilizan métodos sistemáticos que son metódicos, lógicos, probatorios, y comprobables para producir el resultado final correcto.

Siendo éste el caso, ¿por qué pensar que la teología — el estudio de Dios – deba ser diferente? ¿Por qué creer que puede ser enfocado de una manera fortuita e indisciplinada y aún así llegar a conclusiones correctas? Pero, desafortunadamente, esta es la ruta que muchos toman y esta es una de las razones por las que existen tantas religiones. Dicho lo cual, regresemos ahora a la pregunta de cómo llegar a conclusiones verdaderas acerca de Dios. ¿Cuál método sistemático deberemos usar? Primero, necesitamos establecer un sistema para poner a prueba varias afirmaciones de la verdad, y luego necesitamos seguir una ruta crítica para llegar a una conclusión correcta. Un buen sistema para usar es el siguiente:

1. Consistencia lógica – esto prueba si un sistema de creencia que ha asegurado ser lógicamente coherente entre sí, y que no se contradice de ninguna manera, realmente lo es o no. Por ejemplo, la meta final del budismo es desprenderse uno mismo de todos los deseos. Sin embargo, uno debe tener el deseo de desprenderse de todos los deseos, lo cual es un principio contradictorio e ilógico.

2. Suficiencia empírica – esto simplemente plantea la pregunta: ¿existe evidencia que respalde el determinado sistema de creencia? (ya sea que la evidencia sea racional, externamente evidenciable, etc.) Naturalmente, solo es correcto querer comprobarlo cuando se trata de afirmaciones importantes, siendo realizado para que tales aserciones puedan ser verificadas. Un ejemplo de esto lo encontramos en el Mormonismo. Los mormones enseñan que Jesús vivió en Norte América y que las grandes ciudades existieron antes que la nación fuera colonizada. Sin embargo, no existe prueba arqueológica alguna o evidencia que apoye tal aseveración.

3. Relevancia existencial – esto establece si el sistema de creencia concuerda con la realidad como la conocemos, y si hace una significativa diferencia en la vida de aquel que se adhiere a él. Por ejemplo el Deísmo, asegura que Dios solo echó a girar al mundo dentro del universo y no interactúa o cuida para nada de aquellos que viven en él. ¿De qué manera impacta tal creencia a alguien en la vida cotidiana? Concretamente, no lo hace. [Nótese la manera en que el ‘cuidar’ debe ser tomado aquí – solo porque algo no le importe a un individuo, no significa que sea falso.]

Cuando es aplicado al tópico de la religión, los resultados producidos por el sistema antes mencionado, ayudarán a llevarnos a una correcta perspectiva de Dios y responderá a los cuatro grandes cuestionamientos de la vida:,

1. Origen – ¿de dónde vinimos?
2. Ética – ¿cómo debemos vivir?
3. Significado – ¿cuál es el propósito de la vida?
4. Destino – ¿hacia dónde se dirige la humanidad?

Pero, ¿de qué manera práctica aplica uno este sistema en la búsqueda de Dios? Hay una variedad de formas para hacerlo, pero una de las mejores tácticas a emplear, es el método paso a paso de pregunta/respuesta. Reduciendo la lista de posibles preguntas en la búsqueda de la pregunta clave, uno encuentra las siguientes:

1. ¿Existe la verdad absoluta?
2. ¿Se mezclan la razón y la religión?
3. ¿Existe Dios?
4. ¿Puede Dios ser conocido?
5. ¿Jesús es Dios?
6. ¿Le importo a Dios?

En un artículo tan corto como este, es imposible profundizar lo suficiente en cualquiera de los puntos anteriores, pero puede hacerse un análisis superficial para mostrar cómo cada pregunta paso a paso invalida los sistemas de creencia y opiniones mundiales para que la verdad acerca de Dios pueda ser comprendida. Primero, necesitamos saber si existe la verdad absoluta. Si no existe, entonces realmente no podemos estar seguros de nada (ya sea algo espiritual o no) y terminamos ya sea como agnósticos, desconociendo si tu puedes conocer realmente algo, o como pluralistas, aceptando cada postura porque verdaderamente no estamos seguros de cuál, si es que la hay, sea la correcta.

La verdad absoluta suele definirse como la conformidad existente entre lo que se expresa y la situación real de algo o el concepto real que se tiene acerca de un tema. Algunos dicen que no hay tal cosa como la verdad absoluta, pero el tomar esa postura resulta contraproducente. Por ejemplo, el relativista dice: “Toda verdad es relativa,” entonces nadie debe preguntar: ¿es esta declaración absolutamente verdadera? Si lo es, entonces la verdad absoluta existe; si no, ¿por qué considerarla entonces? El postmodernismo afirma que no hay verdad, sin embargo afirma al menos una verdad absoluta: el postmodernismo es la verdad. Podemos ver como todos ellos traicionan su propia postura. Al final, la verdad absoluta se vuelve innegable.

Más aún – y es importante entender esto – la verdad absoluta es rígida por naturaleza y excluye a sus opuestos. Dos más dos es igual a cuatro y solo cuatro, sin ninguna otra posible respuesta. Este punto se vuelve crítico al comparar los diferentes sistemas de creencias y opiniones mundiales. Si un sistema de creencias tiene componentes que están comprobados como verdaderos, entonces cualquier sistema de creencia que compita con afirmaciones contrarias debe ser falso. También debemos tener en mente que la verdad absoluta no es impactada por la sinceridad y el deseo. Sin importar cuán sinceramente alguien adopte una mentira, aún así sigue siendo una mentira. Y ningún deseo en el mundo puede hacer que algo verdadero de algo falso. Alguien puede revelar en la adoración de una deidad que ellos pueden llamar ‘la diosa del pétalo de rosa’ y creer sinceramente que tal ser existe, pero cuando la existencia de esa deidad es investigada y probada como falsa, sería tonto continuar adorando tal cosa. Tan duro como pueda sonar, una de las definiciones de ‘loco’ es perder el contacto con la realidad. Y la realidad es que la ‘diosa del pétalo de rosa’ no existe.

La conclusión a alcanzar de la pregunta uno es que la verdad absoluta si existe. Siendo este el caso, resulta que el agnosticismo (la forma que dice que tu no sabes la verdad), el postmodernismo, el relativismo, y el escepticismo todas ellas sostienen falsas posturas.

Esto nos lleva a la siguiente pregunta de si la razón/lógica puede ser usada en asuntos de religión. Algunos dicen que esto es imposible, pero la pregunta es – ¿por qué no? La verdad es que, la lógica es vital cuando examinamos las declaraciones espirituales porque te ayuda a entender por qué algunas afirmaciones deben ser excluidas y otras aceptadas. La lógica es absolutamente crítica para desmantelar el pluralismo (el cual dice que toda verdad declarada, aún aquellas que se oponen entre sí, son iguales y válidas).

Por ejemplo, el Islam y el Judaísmo aseguran que Jesús no es Dios, mientras que el Cristianismo asegura que Él sí lo es. Una de las leyes centrales de la lógica es la ley de la no contradicción, la cual dice que algo no puede ser ambas cosas “A” y “No A” al mismo tiempo y en el mismo sentido. Así que aplicando esta ley a las declaraciones del Judaísmo, el Islam y el Cristianismo significa que una está bien y las otras dos están equivocadas. Jesús no puede ser al mismo tiempo Dios y no Dios. Utilizada apropiadamente, la lógica es una potente arma en contra del pluralismo, porque demuestra claramente que las verdades contrarias no pueden ser ambas verdad. Este entendimiento derriba toda la mentalidad de “es la verdad para ti pero no para mí” Por ejemplo, Jesús no puede ser Dios para una persona y no Dios para otra – O Él es Dios o no lo es, punto.

La lógica también disipa toda la analogía del “todos los caminos llevan a la cima de la montaña” usada por los pluralistas. La lógica muestra que cada sistema de creencia tiene su propio conjunto de señales que apuntan a sitios radicalmente diferentes. En vez de la analogía de la “montaña,” la lógica muestra que la a ilustración apropiada sobre la búsqueda de la verdad espiritual se parece más a un laberinto – un camino encuentra su ruta hasta la verdad, mientras que todos los demás llegan a callejones sin salida. Todas las creencias pueden tener superficialmente algunas similitudes, pero difieren grandemente en el corazón de sus doctrinas. Como escribe el poeta Steve Turner en una parte de su poema titulado “Credo”:

“Creemos que todas las religiones son básicamente lo mismo, Todas ellas creen en el amor y la bondad. Solo difieren en asuntos de creación, pecado, cielo, infierno, Dios y salvación.”

La conclusión es que tu puedes usar la razón y la lógica en asuntos de religión. Que siendo el caso, el pluralismo (la creencia de que toda verdad declarada, es igualmente verdadera y válida), es descartada, porque es ilógico y contradictorio creer que dos afirmaciones de verdades diametralmente opuestas, puedan ser ambas válidas.

En seguida viene la gran pregunta: ¿Existe Dios o no? Si no, entonces terminas como un ateísta y un naturalista (alguien que no adopta nada sobrenatural o más allá del mundo físico y el universo.) Mientras que han sido escrito volúmenes y se han propagado debates a través de la historia sobre esta pregunta, en realidad no es difícil de responder. Para concederle la atención apropiada, debes primeramente hacer la pregunta: ¿Por qué tenemos algo en vez de nada? En otras palabras, ¿cómo tú y todo lo que te rodea llegaron aquí? Jonathan Edwards, uno de los grandes predicadores del Gran Avivamiento, expone la respuesta de esta manera:

Algo existe. Tú no tienes algo de la nada. Por lo tanto, existe un Ser necesario y eterno.

No puedes negar que existes porque tienes que existir para negar tu propia existencia (lo cual es contradictorio), así que la primer premisa anterior es verdad. Nadie cree que tu puedas tener algo de la nada (por ej. que ‘nada’ produjo el universo), así que la segunda premisa es verdad. Por lo tanto, la tercera premisa debe ser verdad – debe existir un Ser eterno responsable de todo.

Esta es una posición que ningún ateísta racional niega; ellos solo aseguran que el universo es ese ser eterno. Sin embargo, el problema con esta declaración es que toda la evidencia científica señala a la conclusión de que el universo tuvo un principio (el ‘big bang’). Y que todo lo que tiene un principio, debe tener una causa; por lo tanto el universo tuvo una causa y no es eterno. Ahora, siendo que las únicas dos fuentes de la eternidad son: un universo eterno (lo cual ha sido probado que no es verdad) y un Creador eterno; la única conclusión lógica a la que se llega es que Dios existe. Y nótese que el responder afirmativamente a la pregunta sobre la existencia de Dios, descarta el ateísmo como un sistema de creencia válido.

Ahora, esta conclusión no dice nada acerca de qué clase de Dios existe, pero es lo suficientemente asombrosa, porque sí hace algo dramático – descarta todas las religiones panteístas. Todas las posturas panteístas mundiales dicen que el universo es Dios y es eterno. Y esta aseveración es falsa. Así que aunque suene despectivo, realmente es verdad, que las creencias tales como el Hinduismo, el Budismo, el Jainismo son todas descartadas como sistemas de creencia válidos.
Más aún, aprendemos algunas cosas interesantes acerca de este Dios quien creó el universo. Aprendemos que Él es:

• Sobrenatural en naturaleza (porque Él existe aparte de Su creación)
• Increíblemente poderoso (habiendo creado todo lo que se conoce)
• Eterno (auto-existente puesto que Él existe aparte del tiempo y el espacio)
• Omnipresente (Él creó el espacio y no está limitado por él)
• Infinito e inmutable (Él creó el tiempo)
• Inmaterial (porque Él trasciende el espacio y lo físico)
• Personal (lo impersonal no puede crear una personalidad)
• Necesario (porque todas las cosas dependen de Él)
• Infinito y único (porque no puedes tener dos infinitos)
• Diverso y sin embargo tiene unidad (como naturaleza demuestra diversidad)
• Omnisciente (sumamente, para haber creado todas las cosas)
• Determinante (porque deliberadamente creó todas las cosas)
• Moral (ninguna ley moral como la que tiene el mundo, puede obtenerse sin un dador)
• Cuidadoso (o no hubiera dado ninguna ley moral)

Este Ser exhibe características muy similares al Dios del Judaísmo, Islamismo, y Cristianismo, las cuales curiosamente, son las únicas creencias centrales que permanecen en pie, una vez que el ateísmo y el panteísmo han sido eliminadas. Nótese también que una de las grandes preguntas de la vida (los orígenes) ha sido respondida: ya sabemos de dónde vinimos.

Esto entonces, nos lleva a la siguiente pregunta: ¿podemos conocer a Dios? En este punto, necesitamos que la religión sea reemplazada por algo más importante – la necesidad de revelación. Si la humanidad debe conocer bien a este Dios, depende de Dios revelarse a Sí Mismo a Su creación. El Judaísmo, Islamismo, y el Cristianismo todas aseguran tener un libro que es la revelación de Dios al hombre, pero la pregunta es: ¿cuál (si es que alguna) es realmente verdadera?

Poniendo de lado las pequeñas diferencias, las dos áreas centrales en disputa son (1) el Nuevo Testamento de la Biblia (2) la persona de Jesucristo. El Islam y el Judaísmo aseguran ambos que el Nuevo Testamento de la Biblia es falso en lo que asegura, y ambos niegan que Jesús es Dios encarnado, mientras que el Cristianismo afirma que ambas cosas son verdad.

Nuevamente, el espacio nos impide una defensa exhaustiva del Nuevo Testamento y la identidad de Cristo, pero estos son algunos puntos para meditar. No es una vana jactancia el decir que no hay fe en el planeta que pueda igualarse a las montañas de evidencia que existen para el Cristianismo. Desde el voluminoso número de antiguos manuscritos (5,000+), hasta los documentos históricos que datan de fechas tempranas y que fueron escritos durante la época en que vivieron los testigos oculares (algunos de solo 15 años después de la muerte de Cristo), a la multiplicidad de relatos que fueron registrados (nueve autores en 27 libros del Nuevo Testamento), a la evidencia arqueológica que ha sido encontrada – ninguna de las cuales jamás ha contradicho una sola de las afirmaciones que ha hecho el Nuevo Testamento – hasta el hecho de que los apóstoles llegaron hasta su muerte asegurando haber visto actuar a Jesús, y que Él regresó de la muerte; el Cristianismo expone los hechos en términos de proporcionar la evidencia y la prueba que respaldan sus afirmaciones. La autenticidad histórica del Nuevo Testamento, – la afirmación que transmite un relato real de los eventos reales, tal como ocurrieron – es la única conclusión correcta a que se llega una vez que todas las evidencias han sido examinadas.

Tratándose de Jesús, uno encuentra algo muy curioso acerca de Él – Él aseguró ser Dios encarnado. En las propias palabras de Jesús (p.ej. “Antes que Abraham fuese, YO SOY”), Sus hechos ( p. ej. perdonando pecados, aceptando nueve veces la adoración), Su vida milagrosa y sin pecado (la cual el usó para probar que Su verdad se sostenía sobre las afirmaciones contrarias), y Su resurrección. Todo esto respalda su afirmación de ser Dios. Los escritores del Nuevo Testamento, también afirman este hecho una y otra vez en sus escritos.

Ahora, aquí hay algo a considerar –si Jesús es Dios, entonces lo que Él dijo debe ser verdad. Y si Jesús dijo que la Biblia es inerrante y verdadera en todo lo que dice (lo cual Él hizo), esta debe ser la razón por la que la Biblia es verdadera en lo que proclama. Y como ya aprendimos, dos verdades que compiten asegurando cada una ser verdadera, no pueden estar ambas en lo correcto. Así que cualquier cosa en el Corán islámico o escritos del Judaísmo que contradicen la Biblia no pueden ser la verdad. De hecho, tanto el Islam como el Judaísmo se derrumban al decir ambas que Jesús no es Dios encarnado, pero la evidencia dice lo contrario. Y porque podemos realmente conocer a Dios (porque Él se ha revelado a Sí Mismo al hombre, tanto en Su Palabra escrita como en Cristo), todas las formas de agnosticismo son refutadas. Por último otra gran pregunta de la vida es respondida – la de la ética – porque la Biblia contiene claras instrucciones sobre cómo debe vivir la humanidad.

Finalmente, esta misma Biblia, proclama que Dios se preocupa profundamente por la humanidad y desea que todos lo conozcan íntimamente. De hecho, le importa tanto, que Él se hizo hombre para mostrarle a Su creación exactamente cómo es Dios. Hay muchos hombres que han anhelado ser Dios, pero solo existe un Dios que anheló ser hombre, para poder salvar a aquellos que Él ama profundamente, de una eterna separación de Él. Noten también que esta conclusión (y el punto en que Dios se hace un hombre en Cristo), refuta el Deísmo, el cual dice que Dios no está interesado en los asuntos de la humanidad.

Al final, vemos que la verdad última acerca de Dios puede ser encontrada y el laberinto de la postura mundial exitosamente navegado, cuando uno se adhiere a un sistema para probar las diferentes afirmaciones de la verdad y sistemáticamente trabajar a través de un método de eliminación de las falsedades, para que solo la verdad permanezca en pie. Usando las pruebas de la consistencia lógica, suficiencia empírica, y relevancia existencial aunados al cuestionamiento de las preguntas correctas, produce verdaderas y razonables conclusiones acerca de la religión y Dios. Al final, todos deben concordar en que la única razón para creer algo, es porque es verdadero – nada más. Pero tristemente, la creencia verdadera es una cuestión de la voluntad y sin importar la cantidad de evidencia lógica que sea presentada, algunos aún elegirán negar al Dios que está ahí.

Tomado de gotquestions.org

Para responder a esta pregunta, primeramente debemos diferenciar entre (1) denominaciones dentro del cuerpo de Cristo, y (2) sectas y falsas religiones no-cristianas. Los Presbiterianos y Luteranos, son denominaciones cristianas; los Mormones y Testigos de Jehová son sectas (grupos que aseguran ser cristianos, pero niegan uno o más de los puntos esenciales de la fe cristiana); el Islam y el Sintoísmo son religiones enteramente separadas.

El surgimiento de las denominaciones dentro de la fe cristiana, puede ser rastreado desde la Reforma Protestante. El movimiento de “Reforma” de la Iglesia Católica Romana durante el siglo XVI, dio surgimiento a las cuatro divisiones o tradiciones mayores del protestantismo: Luterana, Reformada, Anabaptista, y Anglicana. A través de los siglos, de estas cuatro ramas, surgieron otras denominaciones. La denominación Luterana fue nombrada así por Martín Lutero y estaba basada en sus enseñanzas. Los Metodistas tomaron el nombre de su fundador, John Wesley, quien era famoso por elaborar “métodos” para el crecimiento espiritual. Los Presbiterianos fueron llamados así por su visión sobre el liderazgo de la iglesia – la palabra griega para anciano es presbíteros. Los Bautistas tomaron su nombre, porque ellos siempre enfatizaron la importancia del bautismo. Cada denominación tiene algunos énfasis o diferencias doctrinales una de la otra, tales como: el método del bautismo; la disponibilidad de la cena del Señor para todos o sólo para aquellos cuyos testimonios puedan ser verificados por los líderes de la iglesia; la soberanía de Dios Vs. el libre albedrío en lo referente a la salvación; el futuro de Israel y la iglesia; el papel que juegan las obras en la salvación; el arrebatamiento pre-tribulacionista Vs. el post-tribulacionista; la existencia de dones de “milagros” en la era moderna, y la lista puede seguir y seguir. El punto de estas divisiones nunca es Jesucristo como Señor y Salvador, sino más bien, honestas diferencias de opinión de gente piadosa, aunque imperfecta, que busca honrar a Dios y retener la pureza doctrinal de acuerdo a sus conciencias y su comprensión de la Palabra.

En la actualidad, las denominaciones son muchas y variadas. Las principales denominaciones originales arriba mencionadas, han producido numerosas ramas como las Asambleas de Dios, Alianza Cristiana y Misionera, los Nazarenos, Evangélicos Liberales, iglesias Bíblicas independientes y otras. Algunas denominaciones enfatizan ligeras diferencias doctrinales, pero con más frecuencia simplemente ofrecen estilos diferentes de adoración, adecuados a los diferentes gustos y preferencias de los cristianos. Pero no nos equivoquemos; nosotros, como creyentes, debemos ser de una mente en cuanto a las bases de la fe, pero más allá de ellos, hay una gran variedad de formas en las que un cristiano debe adorar en una congregación. Esta libertad es lo que causa los muchos diferentes “sabores” de la cristiandad. La iglesia Presbiteriana de Mbale, Uganda, tiene un estilo de adoración muy diferente de la Iglesia Presbiteriana de Denver, pero su base doctrinal es la misma. La diversidad es algo bueno, pero no la desunión. Si dos iglesias difieren doctrinalmente, puede convocarse a un debate y diálogo sobre la Palabra. Esta acción de “hierro con hierro se aguza…” (Proverbios 27:17) es beneficiosa para todos. Sin embargo, si hay un desacuerdo sobre estilo y forma, está bien que permanezcan separadas. Aunque esta separación, no exime la responsabilidad que tienen los cristianos de amarse unos a otros (1 Juan 4:11-12) y finalmente permanecer unidos como uno en Cristo (Juan 17:21-22).

Cuando se busque una iglesia, el creyente debe comenzar por revisar su Declaración de Fe. Lo que la iglesia crea y practique, debe coincidir con las doctrinas y la fe descritas en la Biblia. Lo que debemos estar buscando es un cuerpo de creyentes donde sea afirmada la suficiencia de las Escrituras, donde podamos crecer en nuestra relación con el Señor, donde podamos ministrar al cuerpo de creyentes con nuestros dones espirituales, propagando el Evangelio y glorificando a Dios. La iglesia es importante y todos los creyentes necesitan pertenecer al cuerpo que se ajuste al criterio antes descrito. Necesitamos de relaciones que sólo pueden ser encontradas en el cuerpo de creyentes, necesitamos el apoyo que sólo la iglesia puede ofrecer, y necesitamos servir a Dios tanto en comunidad como individualmente.

Tomado de gotquestions.org

La secta actualmente conocida como los Testigos de Jehová, comenzó en Pensilvania en 1870 como un estudio Bíblico iniciado por Charles Taze Russell quien nombró a su grupo “Millennial Dawn Bible Study”. (Estudio Bíblico del Amanecer Milenial). Charles T. Russel comenzó a escribir una serie de libros a los que llamó “The Millennial Dawn” (El Amanecer Milenial) y que se extendieron hasta seis volúmenes antes de su muerte, conteniendo mucha de la teología que los Testigos de Jehová siguen hasta hoy. Después de la muerte de Russel en 1916, el Juez J. F. Rutherford, amigo y sucesor de Russel, escribió el séptimo y último volumen de la serie El Amanecer Milenial, “The Finished Mystery” (El Misterio Consumado) en 1917. “The Watchtower Bible and Tract Society”(La Sociedad Bíblica del Atalaya) fue fundada en 1886 y rápidamente se convirtió en el vehículo a través del cual el movimiento “The Millennial Dawn” (El Amanecer Milenial) comenzó a compartir sus opiniones a otros. El grupo fue conocido como los “Russelitas” hasta 1931, cuando a causa de una división en la organización, fue renombrada como “Los Testigos de Jehová”. El grupo del cuál se separó, se conoce como los “Estudiantes de la Biblia.”

¿En qué creen los Testigos de Jehová? Un minucioso escrutinio de su posición doctrinal en temas como la Deidad de Jesús, la Salvación, la Trinidad, el Espíritu Santo, la Expiación, etc., demuestra más allá de toda duda, que ellos no se ajustan a una posición cristiana ortodoxa sobre estos temas. Los Testigos de Jehová creen Jesús es el arcángel Miguel, el más alto ser creado. Esto contradice muchas Escrituras, las cuales declaran que Jesús es Dios (Juan 1:1, 14; 8:58; 10:30). Así mismo, los Testigos de Jehová creen que la salvación se obtiene mediante una combinación de fe, buenas obras, y obediencia. Esto contradice innumerables Escrituras, las cuales declaran que la salvación se recibe por medio de la fe (Juan 3:16; Efesios 2:8-9; Tito 3:5) Los Testigos de Jehová rechazan la Trinidad, creyendo que Jesús fue un ser creado, y que el Espíritu Santo es esencialmente el poder de Dios. Los Testigos de Jehová también mantienen una errada teoría sobre la expiación, en la cual la muerte de Jesús pagó únicamente por lo que la raza humana perdió cuando Adán pecó llamándolo, el derecho a la vida perfecta en la tierra. Por lo tanto, ellos creen en una combinación de fe más la realización de obras acordadas, donde el pecado y la muerte son generosamente expiadas por Cristo; pero la perfección física es alcanzada a través del esfuerzo personal, aparejada con la fe en Cristo.

¿Cómo justifican los Testigos de Jehová esas doctrinas anti-bíblicas? (1) Ellos argumentan que a través de los siglos, la iglesia ha corrompido la Biblia, y (2) Ellos han re-traducido la Biblia en lo que ellos llaman La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. “La Sociedad Bíblica del Atalaya” alteró el texto original de la Biblia para lograr que encajen sus falsas doctrinas , en vez de basar sus creencias en lo que la Biblia enseña. La Traducción del Nuevo Mundo ha pasado por numerosas ediciones, en la medida que los Testigos de Jehová descubren más y más Escrituras que contradicen sus doctrinas.

Los Testigos de Jehová ya han demostrado ser un culto que está muy vagamente basado en la Escritura. El Atalaya basa sus creencias y doctrinas en las originales y expandidas enseñanzas de Charles Taze Russel, el juez Joseph Franklin Rutherford, y sus sucesores. El Cuerpo Gobernante de La Sociedad Bíblica del Atalaya (“Watchtower Bible and Tract Society”) es el único grupo en su organización que clama tener la autoridad para interpretar la Escritura. En otras palabras, lo que el Cuerpo Gobernante dice concerniente a cualquier pasaje de la Escritura, es visto como la última palabra, así que el pensamiento independiente es fuertemente desanimado. Esto es en directa oposición a la exhortación de Pablo a Timoteo (y a nosotros también) que estudie y se muestre aprobado ante Dios, como un obrero que no sea avergonzado, que utiliza correctamente la Palabra de Dios. Esta exhortación encontrada en 2 Timoteo 2:15, es una clara instrucción de Dios para cada uno de Sus hijos en el Cuerpo de Cristo, que sean como los Cristianos de Berea e investiguen en las Escrituras diariamente para ver si las cosas que les son enseñadas coinciden con lo que la Palabra de Dios dice al respecto.

Los Testigos de Jehová deben ser admirados por sus “esfuerzos evangelísticos”. Probablemente no exista un grupo religioso que sea más fiel que los Testigos de Jehová en esparcir su mensaje. Desgraciadamente, el mensaje está lleno de decepcionantes distorsiones y falsa doctrina. Quiera Dios abrir los ojos de los Testigos de Jehová a la verdad del Evangelio y a la verdad de las enseñanzas de la Palabra de Dios.

Para más información, recomendamos el enlace abajo:
http://www.4jehova.org/

Tomado de gotquestions.org

Con frecuencia creemos en nuestra mente que una secta es un grupo de adoradores de Satanás que sacrifican animales; que tiene que ver con lo malo, lo bizarro y rituales paganos. Sin embargo, en realidad la mayoría de las sectas parecen mucho más inocentes. La definición cristiana específica de una secta, es un grupo religioso que niega uno o más de los fundamentos de la verdad bíblica. O en términos más simples, una secta es un grupo que enseña algo que causará que una persona no se salve si cree en lo que ella dice. A diferencia de una religión, una secta es un grupo que se dice ser cristiano y sin embargo niega una verdad esencial del cristianismo bíblico.

Las dos enseñanzas más comunes de las sectas son, que Jesús no es Dios y que la salvación no es solo por fe. La negación de la deidad de Cristo, concluye que la muerte de Jesús no ha sido un pago suficiente por nuestros pecados. La negación de la salvación solamente por la fe, concluye que la salvación se obtiene por nuestras propias obras – algo que la Biblia niega constante y vehementemente. Los dos más conocidos ejemplos de sectas son los testigos de Jehová y los mormones. Ambos grupos dicen ser cristianos, sin embargo, ambos niegan las dos doctrinas claves antes mencionadas. Los testigos de Jehová y los mormones, creen muchas cosas que concuerdan o son similares a lo que enseña la Biblia. Sin embargo, el hecho de que nieguen la deidad de Cristo y la salvación únicamente por la fe, los califica como sectas. Muchos testigos de Jehová, mormones y miembros de otras sectas son “buenas personas” que están genuinamente buscando a Dios y genuinamente creen que poseer la verdad. Nuestra esperanza y oración es que mucha gente involucrada en las sectas “cristianas” vean más allá de las mentiras y sean llevadas hacia la verdad de la salvación a través de Jesucristo.

Tomado de gotquestions.org

La religión mormona fue fundada hace menos de doscientos años por un hombre llamado José Smith. Él aseguraba haber recibido una visita personal de Dios el Padre y de Jesucristo, quienes le dijeron que todas las iglesias y sus creencias eran una abominación. José se propuso fundar una nueva religión que aseguraba ser “la única iglesia verdadera en el mundo”. El problema con el mormonismo es que contradice, modifica, y expande la Biblia. Los cristianos no tienen razón para creer que la Biblia no es verdadera y suficiente. El creer y confiar en Dios verdaderamente, significa creer en Su Palabra. “Toda la Escritura es inspirada por Dios”, lo que significa que viene de Él (2 Timoteo 3:16).

Los mormones creen que de hecho hay cuatro fuentes de palabras divinamente inspiradas, en vez de una sola. 1) La Biblia “en tanto esté traducida correctamente”. No siempre aclaran cuáles son los versos que están incorrectamente traducidos. 2) El Libro del Mormón fue “traducido” por Smith y publicado en 1830. Smith aseguraba que es el “libro más correcto” del mundo, y que una persona puede acercarse a Dios, siguiendo sus preceptos, “más que con cualquier otro libro”. 3) Doctrina y Convenios son considerados Escritura por los mormones, conteniendo una colección de modernas revelaciones, en cuanto a “la Iglesia de Jesucristo, como ha sido restaurada” 4) La Perla de Gran Precio es considerada por los mormones como “clarificadora” de doctrinas y enseñanzas que faltaron en la Biblia y añade su propia información acerca de la creación del mundo.

Los mormones creen estas cosas acerca de Dios: Que Él no siempre ha sido el Ser Supremo del universo, sino que alcanzó ese estatus a través de una vida justa y un esfuerzo persistente. Creen que Dios el Padre tiene un “cuerpo de carne y hueso tan tangible como el de un hombre” Aunque ya abandonado por los modernos líderes mormones, Brigham Young creyó que Adán realmente era Dios y el padre de Jesucristo. Los cristianos sabemos esto acerca de Dios: hay Un solo y verdadero Dios (Deuteronomio 6:4, Isaías 43:10, 44:6-8), que Él siempre ha sido y siempre existirá (Deuteronomio 33:27a, Salmo 90:2, 1 Timoteo 1:17), y que Él no fue creado, sino que Él es el Creador (Génesis capítulo 1; Salmo 24:1; Isaías 37:16). Él es perfecto y nadie más es igual a Él (Salmo 86:8; Isaías 40:25). Dios el Padre no es un hombre, ni nunca lo ha sido (Números 23:19; 1 Samuel 15:29; Oseas 11:9) Él es Espíritu (Juan 4:24), y un Espíritu no está hecho de carne y hueso (Lucas 24:39).

Los mormones creen que hay tres diferentes niveles de reinos en la vida venidera: El Reino Celestial, el Reino Terrenal, el Reino Telestial y las tinieblas exteriores. Donde la raza humana terminará, dependiendo de lo que hayan creído y hecho en esta vida mortal. La Biblia nos dice que después de la muerte, vamos al Cielo o al Infierno, dependiendo si pusimos o no nuestra fe en Jesucristo. Al estar ausentes de nuestros cuerpos como creyentes significa que estamos con el Señor (2 Corintios 5:6-8). Los incrédulos son enviados al Infierno, o el lugar de los muertos (Lucas 16:22-23). Cuando Jesús venga por segunda vez, nosotros recibiremos nuevos cuerpos (1 Corintios 15:50-54). Habrá nuevos cielos y nueva tierra para los creyentes (Apocalipsis 21:1), y los incrédulos serán echados en un eterno lago de fuego (Apocalipsis 20:11-15). No hay una segunda oportunidad para redención después de la muerte (Hebreos 9:27).

Los líderes han creído que la encarnación de Jesús fue el resultado de una relación física entre Dios el Padre y María. Ellos creen que Jesús es un Dios, pero que cualquier ser humano también puede convertirse en un dios. Históricamente los cristianos han creído que Dios es Trino y que Él ha existido eternamente como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Mateo 28:19). Nadie puede alcanzar el estatus de Dios, sólo Él es santo (1 Samuel 2:2). Nosotros solo podemos ser hechos santos a la vista de Dios a través de la fe en Él (1 Corintios 1:2). Jesús es el unigénito Hijo de Dios (Juan 3:16) y es el Único que jamás ha vivido una vida sin pecado, libre de culpas, quien ahora tiene el más alto lugar de honor en el Cielo (Hebreos 7:26). Jesús y Dios son uno en esencia, Jesús ha sido el Único que ha existido antes de su nacimiento físico (Juan 1:1-8, 8:56) Jesús se dio a Sí Mismo por nosotros como un sacrificio, y Dios le levantó de los muertos, y un día todos confesarán que Jesucristo es el Señor (Filipenses 2:6-11). Jesús nos dice que es imposible ir al Cielo por nuestras propias obras, solo será posible si ponemos nuestra fe en Él. (Mateo 19:26). Y muchos no creerán en Él (Mateo 7:13) “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella.” Todos merecemos el castigo eterno por nuestros pecados, pero el amor y la gracia infinita de Dios nos ha dado una salida. “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).

Está claro que solo hay una manera de recibir la salvación; conociendo a Dios y a Su Hijo, Jesús (Juan 17:3). No es obtenida por obras, sino por fe (Romanos 1:17, 3:28) Cuando tenemos esta fe, somos automáticamente más obedientes a las leyes de Dios y somos bautizados en el amor por Él, pero no porque esto sea un requerimiento para la salvación, sino como consecuencia de ella Podemos recibir este regalo sin importar quienes somos o lo que hayamos hecho (Romanos 3:22). “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12) Aunque los mormones usualmente son personas amigables, amorosas y amables – están involucrados en una religión falsa que distorsiona la naturaleza de Dios, la Persona de Jesucristo y el significado de la salvación.

Tomado de gotquestions.org

“Nadie quiere morir. Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo, la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella.”

Steve Jobs

"Podemos hacer que la gente (a menudo) atienda a un punto de vista cristiano por alguna media hora, pero al momento que salen de nuestra conferencia, o ponen a un lado nuestro artículo, ellos se sumergen de nuevo en un mundo en el que la oposición se da por sentado. Mientras esta situación exista, el éxito en la expansión del punto de vista cristiano es simplemente imposible. Es por esta razón que nosotros debemos atacar la línea de comunicación enemiga. Lo que nosotros queremos, no son mas libros sobre el Cristianismo, sino mas libros escritos por Cristianos sobre otros temas, permeados con un cristianismo latente.

Usted puede entender esto mas fácilmente si lo ve desde otro ángulo. Es muy probable que nuestra fe nunca sea sacudida por un libro sobre el hinduismo, pero si cada vez que leemos un libro elemental de Geología, Botánica, Política, o Astronomía, encontramos en los mismos implicaciones del hinduismo, esto sí podría tener un efecto en nosotros. No son los libros escritos en defensa del materialismo que hacen que el hombre moderno sea materialista, sino las suposiciones materialistas que se encuentran presentes en todos los demás libros.

De la misma manera, no son los libros sobre el cristianismo que realmente sacudirán a una persona, sino el hecho, de que cada vez que el desee leer una introducción popular sobre alguna ciencia, el mejor trabajo disponible en el mercado,  siempre sea uno escrito por un cristiano."

C.S. Lewis, God in the Dock: Essays on Theology and Ethics, Eerdmans Pub Co (2004)

Hace unos años atrás estuve presente en el evento de graduación de un colegio privado de mi país.

En esta graduación se respiraba un ambiente de logro y felicidad, mientras padres orgullosos veían a los que una vez eran sus niños pequeños, completar sus etapas en la escuela para iniciar a ahora sus estudios universitarios.

Recuerdo que en la graduación la directora de la escuela y algunos de los maestros utilizaron palabras muy hermosas para referirse a estos jóvenes mientras les vaticinaban éxitos en la vida que tenían por delante.

Recuerdo que la estudiante más sobresaliente del grupo dirigió unas palabras de agradecimiento a sus padres y a la escuela, y luego se dirigió a sus compañeros de clases para recordarles la capacidad que cada uno de ellos tenía dentro de sí mismos para vencer las distintas dificultades con que se encontrarían en la vida, y como podrían lograr, si se esforzaban lo suficiente, el éxito que tanto anhelaban.

Y recuerdo el momento que me encontré más emotivo de todos, cuando en una pantalla gigante proyectaban fotos de los jóvenes, en sus distintas etapas en la escuela, con una preciosa canción de fondo.

Pero una cosa nos impactó a mí y a mi esposa al momento de finalizar la graduación. Dios no fue mencionado ni siquiera una sola vez en el transcurso de todo el evento.

No fue mencionado por la directora y profesores del colegio en todas sus palabras dirigidas al público presente, ni tampoco fue mencionado en el discurso de la estudiante sobresaliente. Nadie agradeció a Dios por la vida, por la bendición que tuvieron estos jóvenes de recibir enseñanzas, o por el privilegio que tuvieron sus maestros de educar a estos muchachos. Nadie oro a Dios pidiendo su bendición y cuidado para la vida que esperaban estos jóvenes, quienes ahora iniciaban sus pasos en la vida universitaria y posteriormente en la vida laboral.

Simplemente, Dios no estuvo presente en ese evento.

Cada vez que veo a alguien que piensa que tiene toda su vida por delante, y que tiene en su poder el control de lo que su vida será, quisiera que esa persona visitara aunque sea por un momento, un hospital donde se encuentran personas (de todas las edades) enfrentando enfermedades terminales.

Nosotros no podemos controlar nuestro futuro. Ciertamente podemos trabajar duro en nuestros trabajos, familias y demás, pero nada de eso nos asegura que tendremos éxito en los negocios, matrimonio o crianza de nuestros hijos. Nadie sabe lo que el futuro nos espera.

Yo tengo 36 años de edad, una hermosa esposa, tres preciosos hijos, y un negocio propio. Y aunque para muchos esto parecería sonar como una vida de éxito, el único éxito que tengo es haber encontrado a Jesús cuando mi vida más lo necesitaba.

Todo lo demás pierde valor si Dios no está presente.

Muchos entienden el término “arrepentimiento” como “volverse del pecado”. Esta no es la definición bíblica del arrepentimiento. En la Biblia, la palabra “arrepentirse” significa “cambiar tu mente.” La Biblia también nos dice que el verdadero arrepentimiento tendrá como resultado un cambio de conducta (Lucas 3:8-14; Hechos 3:19). Hechos 26:20 declara, “sino que anuncié......, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.” La total definición bíblica del arrepentimiento, es cambiar de mentalidad, mismo que resulta en un cambio de acciones y actitudes.

¿Cuál es entonces la conexión entre el arrepentimiento y la salvación? El Libro de Los Hechos parece enfocarse especialmente en el arrepentimiento con respecto a la salvación. (Hechos 2:38; 3:19; 11:18; 17:30; 20:21; 26:20). El arrepentimiento, relacionado con la salvación, es cambiar tu parecer respecto a Jesucristo. En el sermón de Pedro en el día de Pentecostés (Hechos capítulo 2), él concluye con un llamado a la gente a arrepentirse (Hechos 2:38). ¿Arrepentirse de qué? Pedro está llamando a la gente que rechazaba a Jesús (Hechos 2:36), para que cambiaran su idea acerca de Él, que reconocieran que Él es verdaderamente “Señor y Cristo” (Hechos 2:36). Pedro está exhortando a la gente a cambiar su mentalidad del rechazo a Cristo como el Mesías, a la fe en Él como Mesías y Salvador.

El arrepentimiento y la fe pueden ser entendidos como “dos lados de la misma moneda.” Es imposible poner tu fe en Jesucristo como el Salvador, sin primeramente cambiar tu mentalidad acerca de quién es Él, y lo que Él ha hecho. Ya sea el arrepentirse de un rechazo obstinado, o arrepentirse de ignorancia y desinterés – es un cambio de mentalidad. El arrepentimiento bíblico, en relación con la salvación, es cambiar tu mentalidad del rechazo a Cristo a la fe en Cristo. Es crucialmente importante que entendamos que el arrepentimiento no es una obra que hagamos para ganar la salvación. Nadie puede arrepentirse y venir a Dios, a menos que Dios atraiga a esa persona hacia Él (Juan 6:44). Hechos 5:31 y 11:17 indican que el arrepentimiento es algo que da Dios – sólo es posible por Su gracia. Nadie puede arrepentirse a menos que Dios le conceda el arrepentimiento. Toda la salvación, incluyendo el arrepentimiento y la fe, es el resultado de Dios acercándonos, abriendo nuestros ojos, y cambiando nuestros corazones. La paciencia de Dios nos conduce al arrepentimiento (2 Pedro 3:9), como lo hace Su bondad (Romanos 2:4).

Mientras que el arrepentimiento no es una obra que gana la salvación, el arrepentimiento para salvación da como resultado las obras. Es imposible verdadera y totalmente cambiar tu mentalidad sin que esto cause un cambio en tus actos. En la Biblia, el arrepentimiento resulta en un cambio de conducta. Esto es por lo que Juan el Bautista exhortaba a la gente con estas palabras, “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento.” (Mateo 3:8). Una persona que verdaderamente se ha arrepentido de rechazar a Cristo y a la fe en Cristo, lo hará evidente por un cambio en su vida (2 Corintios 5:17; Gálatas 5:19-23; Santiago 2:14-26). El arrepentimiento, propiamente definido, es necesario para la salvación. El arrepentimiento bíblico es cambiar tu parecer acerca de Jesucristo y volverte a Dios en fe para salvación (Hechos 3:19). Volverse del pecado no es la definición del arrepentimiento, pero es uno de los resultados de la fe genuina basada en el arrepentimiento respecto al Señor Jesucristo.

Tomado de GotQuestions.org