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En esta ocasión escribo sobre mis pastores Héctor Salcedo y Miguel Nuñez, de la Iglesia Bautista Internacional.

Mi gran aprecio hacia ellos es por su constante presión a una mayor santidad en mi vida, y por su fidelidad en las enseñanzas de la Palabra de Dios.

Dios les bendiga!

Sermón predicado por el pastor Héctor Salcedo de la Iglesia Bautista Internacional el pasado 16 de Noviembre del 2008.

El sermón puede ser descargado aquí.

A continuación un extracto del mensaje.

Dios quiere gente sin concesiones en sus vidas, que le busquen a EL como primer recurso y que le tengan a EL como único y mayor de los tesoros.

Buscar a Dios intensamente, de hecho, no es solamente una buena cosa, es el primer mandamiento.

"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas." (Deuteronomio 6:5)

Pero me voy más allá. El apóstol Pablo en un momento dado de su vida dice:

“Todo lo que para mí era ganancia lo consideró perdida por el inestimable valor de conocer a Cristo Jesús mi Señor, por el cual lo he perdido todo y lo tengo todo por basura a fin de ganar a Cristo.”

Dios era "el tesoro" de Pablo, no "un tesoro", sino "el tesoro" de Pablo.

Nuestra búsqueda de Dios a veces es tan pálida, tan desganada, tan rápida, y vivimos en la cultura, lamentablemente, de los medios de comunicación, que ocupan una parte importante de nuestra vida, y que con la cantidad de distracciones y de actividades y de cosas que presentan, le ha robado al hombre la virtud de la profundidad.

Y sucede que Dios es un Dios profundo. Dios es un Dios que no se me va a revelar a mi cuando yo tengo 5 u 8 minutos para dárselos y yo le digo:

“Bueno Señor, vamos a ver porque yo no tengo tiempo. Ve a ver si tú me hablas rápido y tú te me revelas. Yo quiero tener una experiencia extraordinaria contigo, pero tengo solo 8 minutos. “

No. EL es Dios, yo la criatura, y EL me dice "detente". Detente si tu quieres que yo te me revele. Si tu quieres que yo sea en ti algo presente, búscame de todo corazón. Dame tu prioridad, dame la prioridad de tu vida, dame el centro de tu corazón, dame tu confianza, búscame de todo corazón.

Como el ciervo busca por las aguas, decía el salmista, así clama mi alma por ti Señor.

Con sed, con sentido de necesidad, con apetito de Dios sabiendo que en EL tenemos satisfacción.

Claro, el ciervo que anda en la zona desértica de Israel sabe que cuando encuentre las aguas se va a saciar. Eso es algo implícito, instintivo en los animales, desde que ven aguan, y la beben y se sacian.

Como el ciervo brama por las aguas, como el ciervo anhela las aguas, así clama mi alma por ti. Cuando te encuentre, me saciaré en ti Señor.

Dios es la provisión para la plenitud de mi vida.

Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás. Salmo 51:17

Tal vez si te diera un poco de mi tiempo.
Tal vez si te diera un poco de mis fuerzas.
Tal vez si te diera algunas de mis cosas.
Tal vez si te diera algunos de mis pensamientos.
Tal vez si te diera un poco de mis éxitos.
Tal vez si te diera algunas de mis relaciones.

Seguramente estos sacrificios te traerían deleite.

Seguramente estas ofrendas te traerían gozo.

Estoy dispuesto a dar un diezmo.
Estoy dispuesto a interrumpir mi agenda.
Estoy dispuesto a servir.
Estoy dispuesto a hacer mi parte.

Pero tengo la sensación de que no estás satisfecho con solo un poco de mí.

Tengo la sensación de que el dar de manera momentánea,

el servir de manera momentánea,

el hacer sacrificios de manera momentánea

el ministrar de manera momentánea,

el tornar mi corazón a ti de manera momentánea

no te satisface.

Pero tengo que admitir que tengo miedo a lo que Tú exiges.
Tengo miedo a un espíritu contrito.
Tengo miedo a un corazón contrito.
Tengo miedo a ser aplastado por tu Gracia

Así que trato de distraerte con mi servicio,
distraerte con mi tiempo,
distraerte con mi dinero.

Muy dentro de mí sé lo que Tú quieres.
Muy dentro de mí sé lo que Tú exiges.

Tengo miedo porque quiero mantener posesión de mi corazón.
Quiero darlo a otras cosas. Quiero perseguir placeres fuera de ti.

Tengo miedo de darte lo que realmente te satisfacerá.
Tengo miedo a un corazón contrito.

Por lo que regularmente te ofendo con ofrendas vacías y alabanzas superficiales.

Esperando, para mi propia destrucción, que de esta manera estarás satisfecho.

Whiter Than Snow: Meditations on Sin and Mercy.
Paul David Tripp

En el pasado mes de Octubre me uní al equipo de mi iglesia que semanalmente visita las cárceles para predicar la Palabra de Dios.

En los próximos días estaré escribiendo algunas impresiones que voy teniendo sobre estas visitas.

A continuación mi primera impresión:

Las personas de nuestra sociedad consideran que en las cárceles, o recintos penitenciarios, están y deberían estar las personas corruptas, como son los asesinos, violadores, pervertidos, ladrones, mentirosos, adulteros, entre otros.

De acuerdo a ellos, estas personas merecen estar allí. Apartados de la sociedad.

¿Haz pensado alguna vez, que de acuerdo a la ley de Cristo, tanto tú como yo, también deberíamos estar allí?

Habéis oído que se dijo: "NO COMETERAS ADULTERIO." Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón.

Mateo 5:27-28

Habéis oído que se dijo a los antepasados: "NO MATARAS" y: "Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte." Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: "Raca" a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: "Idiota", será reo del infierno de fuego.

Mateo 5:21-22

También se dijo: "CUALQUIERA QUE REPUDIE A SU MUJER, QUE LE DE CARTA DE DIVORCIO." Pero yo os digo que todo el que repudia a su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer repudiada, comete adulterio.

Mateo 5:31-32

Gracias a Dios por su misericordia, porque EL no nos ha pagado como merecemos.

Sermón predicado por el pastor Miguel Núñez de la Iglesia Bautista Internacional el pasado 9 de Noviembre del 2008.

El sermón puede ser descargado aquí.

A continuación un extracto del mensaje.

El Señor se da a la búsqueda, y busca a alguien que pueda llenar la necesidad de la hora en el lugar donde EL le coloca, y conforme a ese llamado EL espera que el funcione.

Los llamados son individuales.

En nuestros tiempos, para ayudarle a ilustrar y usted  pueda ver claramente lo que yo estoy tratando de decir, un R. C. Sproul ha sido llamado por Dios a levantar el concepto de la santidad de Dios dentro del pueblo de Dios y la idea de su soberanía. De hecho, el lema de su ministerio es "Despertando a tantas gentes como sea posible a la santidad de Dios".

Otro hombre como John MacArthur, ha sido levantado por Dios para defender la verdad de su Palabra.

Un tercero como John Piper, ha sido levantado para promover el deleite en Dios.

Un cuarto como Ravi Zacharias, no ha sido levantado como pastor. Ha sido levantado como apologista, brillante para defedender su verdad, sobre todo en centros académicos y en contra de los filósofos de nuestros días.

Y sin embargo, yo he estado presente en reuniones donde hemos comenzado a comparar estos hombres, y al final me doy cuenta que el error que estamos haciendo es compararlos, porque no podemos comparar a un hombre con un llamado, con otro hombre con otro llamado diferente. Comenzamos a comparar peras con manzanas.

Y yo creo que eso es bueno para que cada uno de nosotros vaya entendiendo qué cuando es llamado, a que altura es que el tiene que elevarse, y como es que el debe funcionar. En el día del juicio, Dios nos va a hacer rendir cuentas por el llamado que nos hizo, no por el que le hizo a tu hermano de al lado.

Artículo escrito por Jaime Mirón. Tomado del Consejero Bíblico, y usado con permiso.

«Por qué no puedo casarme con mi novio? Admito que es agnóstico pero es de una buena familia, tiene muy buenos principios morales, es muy respetuoso y tiene una excelente trayectoria?» me preguntó una muchacha cristiana. Uno de los problemas más agobiantes en la Iglesia en todo el mundo es el yugo desigual, es decir cuando un cristiano forma un matrimonio o aun un noviazgo con una persona que no es de Cristo. La elección de su pareja es de vital importancia porque la decisión marcará el resto de su vida.

Recientemente un joven sudamericano nos escribió esta contestación a una carta de consejo: «Sus consejos me son muy útiles y me dan paz respecto a si voy a seguir o no con mi novia. Lo único que no estoy de acuerdo es que no le parezca que una persona creyente se case con una no creyente, pues en uno de los libros del Nuevo Testamento dice que si su pareja es incrédula no la abandone pues puede que salve un alma».

¿Cómo podemos contestar a estas personas y a los miles de jóvenes con las mismas inquietudes, mostrando misericordia y al mismo tiempo siendo leal a las Escrituras? Dios nos dio la Biblia como nuestra autoridad para contestar cuestiones difíciles y no tenemos que depender de nuestras propias ideas, sentimientos o emociones.

En 2 Corintios Pablo nos da una orden (no una sugerencia) y luego hace una seria de preguntas: «No os unáis en lazo con los infieles, pues ¿qué asociación tiene la justicia y la iniquidad o qué comunión tiene la luz con las tinieblas? o, ¿qué armonía tiene Cristo con Belial, o qué tiene en común un creyente con un incrédulo?» (2 Co. 6:14-15). La mayoría estamos de acuerdo en que el matrimonio entre un cristiano y un inconverso está terminantemente prohibido por Dios. Todo creyente que contrae nupcias con una persona fuera de la familia de Dios, puede estar seguro de que está actuando contra la voluntad del Señor, cualesquiera que sean las circunstancias. Sin embargo, no estamos tan seguros del por qué.

Un día, me encontré con una joven que años atrás había sido parte del grupo juvenil que mi esposa y yo habíamos dirigido en Guadalajara, México. Me explicó que cuando era miembro del grupo de jóvenes pensaba que Dios no tenía otra cosa que hacer entonces decidió prohibir el casamiento entre un hijo de Dios y un inconverso. Con lágrimas en los ojos me confesó que ahora sí entendía por qué Dios prohibe el matrimonio desigual. Sobretodo es para la felicidad de sus hijos.

Al contraer matrimonio las dos partes llegan a ser «una sola carne» (Ef. 5:31; Gn. 2:24). La frase «una sola carne» expresa antes que nada la relación sexual dentro del matrimonio. Pero el sentido completo se desarrolla más ampliamente con el correr de los años. El matrimonio es un enlace que involucra no solamente el cuerpo, sino también el alma y el espíritu.

La Biblia prohíbe el matrimonio mixto entre creyentes e inconversos porque no es posible desarrollar en forma plena la verdad de «una sola carne». No se puede unir el espíritu viviente del creyente y el espíritu muerto (sin Cristo) del inconverso. No hay ni habrá comunión espiritual (2 Co. 6:14,15). Por lo tanto, la comunicación se realiza solamente a nivel del «alma», la sala de controles de quien no conoce a Cristo.

Sin embargo cualquier padre, pastor o consejero que ha tenido que lidiar con una persona locamente enamorada de una persona inconversa sabe que existe un «amor» tan fuerte que está seguro de que su situación particular no está contemplada en la Biblia y abundan las razones y excusas. Vamos a suponer que la mujer es la creyente.
«No hay jóvenes cristianos de mi edad en la iglesia».
«El es mucho mejor que la mayoría de los creyentes que conozco».
«Mi novio está de acuerdo en que nos casemos en la iglesia evangélica».
«He visto otros matrimonios que empezaron así y dio muy buen resultado».
«El no será estorbo para mi vida espiritual».
«Me dice que se va a convertir después de la boda».
«Me permitirá llevar a nuestros hijos a la Escuela Dominical»
«Tengo que casarme con él porque hemos tenido relaciones sexuales».

Como hemos mencionado, bajo cualquier circunstancia es pecado casarse con un incrédulo. Un cristiano por consiguiente está incapacitado para implorar la bendición de Dios sobre ese matrimonio.

En cuanto al argumento de que no hay jóvenes cristianos en la iglesia, quisiera aclarar tres puntos: a) Los solteros tienen que creer y confiar en las promesas del soberano Dios. «Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir. No seas como el mulo o el caballo, que no pueden entender y hay que detener su brío con el freno y con la rienda, pues de otra manera no se acercan a ti» (Sal. 32:8-9 VP). b) Uno no está siempre limitado a los muchachos de su propia iglesia. Una excelente manera de conocer a chicos creyentes es en las actividades y campamentos interdenominaciones. c) Es mejor no casarse que casarse en contra de la voluntad de Dios. La soltería es una opción bíblica (1 Co. 7).

Personalmente, no acepto la escapatoria de que los inconversos son « mejores que los creyentes». O algo anda mal con los jóvenes cristianos de esa iglesia (quizá no sean verdaderos cristianos), o el amor ha cegado los ojos de la parte interesada.

Es sorprendente que hay personas que todavía piensan que Dios le da la bendición a un yugo desigual con tal que se casen en la iglesia. No importa en qué iglesia se casen; si uno de los novios no es creyente en Cristo el casamiento sigue siendo desobediencia.

En cuanto al argumento de que existen matrimonios mixtos exitosos, o bien que el inconverso se convierte al Señor después de la boda, lo que ocurrió con Fulano o Mengano no puede sentar precedentes y permitirme actuar de la misma manera. Mi fundamento es la Biblia, y allí claramente se afirma que tal unión es pecado. Más aun, por cada caso que por la misericordia de Dios ha resultado exitoso, cualquier pastor podrá mencionar 50 otros con resultados nefastos. Es más, hemos visto que gran la mayoría de los inconversos que se casan con cristianos, nunca se convierten al Señor.

Existe una predilección de mandar al altar a una pareja que ha tenido relaciones íntimas. El matrimonio autoriza las relaciones sexuales, pero el mero hecho de tenerlas o haberlas tenido no equivale a estar casado ni a que deba casarse con la otra parte. A primera vista Deuteronomio 22:28 quizá dé la idea de que una pareja de novios que cometen fornicación se deben casar y «relaciones sexuales igualan al matrimonio». Sin embargo, este pasaje no trata el caso de una pareja de novios que consienten en tener relaciones íntimas. Por aquel pecado a la pareja le esperaba ser apedreada (Dt. 22:13-24). Sino más bien se trata de una violación y el Antiguo Testamento en su intento de proteger a la mujer violada (nadie se casaría con ella) manda que el hombre se case con ella.

Cuando uno de los novios es inconverso he descubierto que un obstáculo es el testimonio del creyente. El hecho de que él o ella esté saliendo con un inconverso, da testimonio de que algo anda mal en su vida espiritual. Una linda muchacha que trabajaba en una de nuestras oficinas salía con un chico inconverso. Su padre, anciano de una iglesia evangélica, habló con ella; otro hombre de la iglesia le advirtió del error; yo le hablé y un compañero de nuestro equipo también la aconsejó. La joven sin embargo no nos quería escuchar. «¡Qué importa, si no pienso casarme con él!» Le indiqué que si era el caso, estaba perdiendo el tiempo, tal como dice Jeremías: «Cavaron para sí cisternas rotas que no retienen agua» (2:13). No importa cuánta agua uno eche en una cisterna rota, no la retendrá, así que hacerlo es perder tiempo, esfuerzo y energía. Lo mismo sucede en una relación no bíblica—uno está echando agua pero la cisterna está rota. A pesar de todos los consejos, ella seguía de novia con ese muchacho. Un día el novio de nuestra secretaria por pura curiosidad entró en una carpa donde predicaban el evangelio. Se sentó, escuchó el mensaje y al terminar pasó al frente para recibir al Señor. Esto nada tuvo que ver con el testimonio de la muchacha. Después de comprender todas las impli-caciones de la decisión que había tomado, el joven terminó con su novia. Su explicación fue: «No quiero andar con una chica que, siendo cristiana, estaba de novia con un inconverso—aunque el inconverso haya sido yo». La última vez que oí hablar de ellos, el muchacho caminaba fiel al Señor y ella se había casado con otro inconverso porque esperaba familia.

Aunque podemos tener muchos amigos, hay diferentes niveles de amistad.
a. Los conocidos. La relación se caracteriza por un contacto ocasional a nivel superficial. Es un trato a nivel general, que se da tanto con creyentes como con inconversos.
b. La amistad ligera. Este tipo de relación está basada en intereses o actividades comunes con vecinos, compañeros de trabajo, de escuela, etc. En este grado también podemos hacer amistad con personas cristianas e inconversas. Como sucede en el primer caso, nos brinda una buena oportunidad de evangelizar con nuestra vida y palabra a las personas que no conocen a Cristo.
c. La amistad familiar o de confianza. Esta relación se basa en los propósitos y metas de la vida que haya en común. Este nivel está cimentado en una amistad más profunda. Tal profundidad en la relación debe darse entre cristianos. Esta amistad podría conducir a los primeros pasos del noviazgo.
d. La amistad íntima. Es un compromiso espiritual muy profundo, de discipulado recíproco. En tal relación existe la libertad de corregirse mutuamente. Hay confianza total, y el propósito es desarrollar el carácter de Cristo. Idealmente aquí se incluyen las últimas etapas del noviazgo y el matrimonio. Los problemas surgen cuando invitamos a amigos inconversos a compartir una profundidad de nuestra vida que ellos realmente no pueden compartir porque no son hijos de Dios.

Algo que pasa a menudo es que el novio inconverso alega convertirse a Cristo. Ello no es señal de que necesariamente deban marchar al altar. Los dos tendrían que conocerse como creyentes, y el nuevo en la fe necesitaría tiempo para exhibir «frutos dignos de arrepentimiento» (Lc. 3:8) y crecer espiritualmente. Porque mucha veces se convierte a su novia o a su religión y no a Cristo.

Para el creyente ya envuelto en un yugo desigual, el siguiente paso es deshacer este noviazgo no bíblico. A veces no es tan sencillo romper aun el compromiso más superficial. Está la presión de los padres; el «no puedo vivir sin ella» del novio y la vergüenza ante familiares, quizá inconversos, que no entienden las normas bíblicas que gobiernan el matrimonio. Un noviazgo roto dejará un gran vacío en el corazón de los dos, pero con el tiempo ese creyente conocerá el gozo profundo que Dios da a los que le obedecen (1 Juan 3:22-24; 5:2,3).

Los líderes de la iglesia a esta altura tienen una seria responsabilidad para con el joven que rompió el noviazgo. Deberán instruirle sobre cómo rehacer su vida según los preceptos bíblicos, para que este problema no vuelva a suceder con esa persona ni con los demás jóvenes de la iglesia. Sugiero estudios sobre temas bíblicos en el grupo juvenil: ¿Cómo conocer la voluntad de Dios? ¿Con quién me casaré? ¿Qué es el verdadero amor? ¿Cómo prepararme para el matrimonio cristiano? ¿Cómo comportarse durante el noviazgo? ¿Cómo encontrar un compañero cristiano? El lugar de los padres en el proceso de elegir la pareja.

Otro problema se presenta cuando los novios insisten en casarse a pesar de los consejos de los líderes espirituales de la iglesia. ¿Debe el pastor celebrar tal boda? Por lo general, cuando un pastor decide llevar a cabo la ceremonia en estas condiciones, sus razones son: 1) temor de perder la oportunidad de evangelizar al cónyuge inconverso después de la boda; 2) temor de que a pesar de todo los jóvenes vayan a otra iglesia; 3) temor a perder la membresía de la familia del novio cristiano. Es preciso que la iglesia conozca la postura del pastor en cuanto a este asunto, a fin de apoyarlo, y para que él no tenga que delinearla por vez primera bajo la presión de una crisis.

Para terminar quiero presentar una carta que recibí recientemente de una señora en Argentina.

«Hace doce años que estoy casada. Pero antes de casarme le había pedido consejo sobre mis relaciones con mi novio inconverso. Usted me respondió y me aconsejó enviándome las citas bíblicas para que yo pudiera leer lo que el Señor quiere para sus hijos. El resultado por no obedecer es triste y lamentable, dos vidas frustradas. Vivimos juntos, pero nuestros caminos no pueden ser iguales, ni nuestros deseos, ni nuestros anhelos, ni las distracciones, etc., tal como usted lo dice en su carta. Espero que mi testimonio sirva para que todos los jóvenes cristianos escuchen la voz del Señor por medio de sus sabios consejos, y puedan ser felices en sus matrimonios».

"Soy un conjunto de contradicciones; no quiero serlo, pero lo soy.

Predico un evangelio de paz, pero mi vida no siempre está guiada por la paz.

Hablo de un Jesús que puede de manera completa el alma satisfacer, pero en momentos me encuentro insatisfecho.

Celebro una teología de gracia maravillosa, pero a menudo reacciono de manera desgraciada.

¿Y si yo descanso en el hecho de que Dios tiene el control, por que aún continuo yo queriendo controlarlo todo?...

He sido humillado por la guerra que no puedo ganar.

He sido entristecido por los deseos que no puedo conquistar.

He sido confrontado por las acciones que no puedo excusar.

Y  he llegado a confesar, que lo que realmente necesito, es ser rescatado."

Whiter Than Snow: Meditations on Sin and Mercy.
Paul David Tripp

El pasado domingo 2 de Noviembre, el pastor Miguel Núñez, de la Iglesia Bautista Internacional, predicó un excelente sermón titulado "Soli Deo Gloria" (Solo para la gloria de Dios).

El sermón puede ser descargado aquí.

A continuación algunos extractos de este mensaje:

"Cuando tu pones el dinero en el primer lugar, el dinero te esclaviza.

Cuando tu pones el trabajo en primer lugar, el trabajo te esclaviza.

Cuando tu pones los deseos de la carne en primer lugar, la lujuria te esclaviza.

Cuando tu pones a Dios en el primer lugar, Dios no te esclaviza. El es el único ser, la única cosa, que cuando tu le das el primer lugar, no te esclaviza, te da libertad y te hace verdaderamente libre."

"Cuando el mundo entiende que yo no necesito de riquezas, de posesión, de fama, de nombre, de apellido, de finanzas, de reconocimiento, de aplausos, de popularidad. Que no necesito ni siquiera de salud para glorificar a Dios, [entonces] el mundo sabe que clase de Dios tenemos."