A Satanás le encanta navegar según los vientos prevalecientes, adaptando las tentaciones al estado e inclinaciones de cada uno. Si uno prospera, lo tienta a negar a Dios (cf. Pr. 30:9); si está pasando por dificultades, lo tienta a desconfiar en Dios; si le falta conocimiento, lo tienta a tener un bajo concepto de Dios. Si tiene la conciencia tierna, lo tienta a ser aún más escrupuloso; si la tiene endurecida, lo tienta a sentir una seguridad carnal. Si uno es valiente, lo tienta a la presunción; si es tímido, a la desesperación; si es flexible, a la inconstancia; si es rígido, a la impenitencia.
Satanás tiene numerosas maneras de destruir a grandes y honorables, sabios y eruditos, ciegos e ignorantes, ricos y pobres, y a los santos verdaderos y los nominales.
Durante un tiempo deja de tentarnos para que nos creamos seguros y bajemos la guardia; en otro momento parece huir para que nos enorgullezcamos de la victoria. Durante un tiempo fijará nuestra mirada en los pecados de los demás para hacer que nos envanezcamos; en otro momento nos hace fijarnos más en las virtudes ajenas que las propias para abrumarnos.
Thomas Brooks, Remedios Preciosos Contra las Artimañas de Satanás, Editorial Peregrino (2009), p25
Teología, filosofía y cultura, tratadas por cristianos comunes y corrientes, a través de una cosmovisión bíblica.
Satanás navega según los vientos prevalecientes
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