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Las mujeres falsas

Cuanto más atención presto a nuestra cultura, más me pregunto si C.S. Lewis tenía una bola de cristal. Muchas de las obras de este catedrático de Oxford, quien murió hace casi cincuenta años, parecen más precisas hoy en día que cuando el las escribió. Y esto es especialmente cierto en cuanto a su libro "Cartas del Diablo a su Sobrino."

En un especial y profético capítulo, el tío Escrutopo le explica a su demonio sobrino Orugario su estrategia en el uso de las imágenes para hacer descarrilar la sexualidad humana:

"Nos las hemos arreglado para conseguir un gran incremento… en la representación del desnudo aparente (no del verdadero desnudo)… Es una falsificación, por supuesto; los cuerpos del arte popular están engañosamente dibujados; las mujeres reales en traje de baño o en mallas están en realidad apretadas y arregladas para que parezcan mas firmes, esbeltas y efébicas de lo que la naturaleza permite a una mujer desarrollada. En consecuencia, estamos orientando cada vez mas los deseos de los hombres hacia algo que no existe.”

Si existe una mejor síntesis de cómo nuestra cultura ve a las mujeres, aún no la he encontrado. Estas imágenes con las cuales las mujeres tienen que competir, son siempre las mismas: Una figura impecable, un adelgazamiento imposible de obtener, y un cuerpo bien dotado. Este estándar está aplastando a las mujeres porque no está basado en la realidad. Las mujeres están siendo comparadas con mujeres que no existen en la realidad.

Y es ahí donde el daño real está ocurriendo no sólo en las mujeres jóvenes, sino también en los hombres. Como Timothy Dalrymple afirma en su reciente post en Patheos.com, la pornografía está devastando la sexualidad de la siguiente generación, no sólo porque es adictiva, sino porque también es extremadamente imprecisa. Al igual que el tío Escrutopo, la pornografía dirige los deseos de los hombres jóvenes hacia cosas y personas que en realidad no existen, alterando las expectativas de los chicos hacia las mujeres. Donde la naturaleza ofrece mujeres reales, la pornografía ofrece actrices porno editadas. Cuando Dios crea a sus hijas a su imagen, el porno crea fantasías a nuestra imagen; el placer libre sin ningún tipo de requisitos.

Mark Regnerus hace esto aún más claro en su artículo en la revista “Slate”. En el mismo, él describe la “economía actual del sexo”, donde la disponibilidad de mujeres falsas con cuerpos perfectos y que sólo están interesadas en el sexo, han creado una especie de competencia en el mercado que distorsiona las ideas que ambos géneros tienen sobre como son realmente las mujeres, y que cosas verdaderamente les interesan. Con el fin de estar a la altura, muchas mujeres comienzan a actuar como sus competidoras falsas. Mientras tanto, los hombres, dice Regnerus, están más que felices de que ellas lo hagan. Por lo tanto, el círculo vicioso de la ilusión sigue produciendo más miseria.

Entonces, ¿cómo podremos romper este ciclo?

Para empezar, podríamos imitar a Julia Bluhm. Julia, una bailarina de ballet de 14 años de edad de Waterville, Maine, inició recientemente una campaña que ya está cambiando la forma en que su generación visualiza a las mujeres. Al asociarse con la organización activista SPARK Summit, Julia inició una petición a la revista "Seventeen", donde les solicitaba detener la publicación de imágenes significativamente alteradas de mujeres jóvenes, y que en su lugar, utilizaran fotografías reales. La revista "Seventeen" estuvo de acuerdo, y ahora, gracias a Julia y otros 84.000 firmantes que se sumaron a su esfuerzo, la revista para adolescentes más influyente de la nación norteamericana está promoviendo la verdadera belleza de las mujeres jóvenes.

Podemos aprender mucho de la victoria de Julia en la guerra que se está enfrentado en nuestra cultura respecto a las mujeres. Ella está marcando una diferencia porque decidió rechazar las ilusiones que se nos ofrecen, y nosotros tenemos que hacer lo mismo.

John Stonestreet
Falsely Drawn. Challenging Our Culture’s “Fake Women”

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