Hemos llegado a una era posmoderna que rechaza la idea de la verdad misma. Si no hay tal cosa como la verdad, las afirmaciones del cristianismo son inherentemente ofensivas e incluso prejuiciadas contra otros. La tolerancia, definida de modo falso como poner todas las proposiciones en pie de igualdad –a diferencia de darle a las ideas igual audiencia– ha remplazado a la verdad.
Millones muestran su adhesión a la doctrina de que todas las creencias son iguales por causa de mejorar su posición social en nuestra cultura libre de valores, que no ofende a nadie. No obstante, sucumbir a esta indiferencia no es aceptar una noción tolerante o liberal del cristianismo; es abrazar otra religión, una creencia en algún valor supremo –tal vez la tolerancia– pero no en el Dios que es y que ha hablado.
Charles Colson, “La Fe: Que creen los cristianos, por que lo creen, y por que es importante”, Editorial Vida (2008), p31
El posmodernismo y la muerte de la verdad
4 de junio de 2012
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