En someternos a Dios es donde encontramos la verdadera libertad, porque las más profundas raíces de la esclavitud se encuentran en la autosuficiencia y en la dependencia de nosotros mismos. Cuando vivimos nuestras vidas pensando que todo (familia, finanzas, relaciones, carrera) depende principalmente de nosotros mismos, somos esclavos de nuestras propias fortalezas y debilidades. Estamos tratando de ser nuestro propio salvador. Pero cuando empezamos a confiar en las habilidades y sabiduría de Dios en lugar de las nuestras, es donde viene la verdadera libertad. La verdadera vida inicia cuando trasladamos nuestra confianza de nuestros propios esfuerzos a los esfuerzos de Cristo..
Tullian Tchividjian, “Surprised by Grace: God's Relentless Pursuit of Rebels”, Kindle Location 654, Crossway Books, 2010.
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