La esperanza es una de las virtudes teológicas. Esto quiere decir que la continua anticipación anhelante del mundo eterno no es (como alguna gente moderna piensa) una forma de escapismo o de pensamiento deseoso, sino una de las cosas a que el cristiano ha sido llamado a hacer.
No hay necesidad de preocuparse de gente chistosa que trata de ridiculizar la esperanza cristiana del “cielo” al decir que ellos no quieren “pasar la eternidad tocando el arpa”. La respuesta para esta clase de gente es que si no pueden entender los libros escritos para adultos, entonces que no hablen de ellos.
Todas las representaciones que usan las Escrituras (arpas, coronas, oro, etc.) son, por supuesto, un mero intento simbólico de expresar lo inexpresable. Los instrumentos musicales son mencionados debido a que para mucha gente (no toda), la música es lo que más se aproxima a la idea de éxtasis e infinito en esta vida. Las coronas son mencionadas para sugerir el hecho de que aquellos que están unidos a Dios en la eternidad comparten su esplendor, su poder y su gozo. El oro es mencionado para sugerir eternidad del cielo (el oro no se oxida) y lo precioso que es.
La gente que toma estos símbolos literalmente quizás creen que cuando Cristo dijo que debemos ser como palomas, el quiso decir que tenemos que poner huevos.
C. S. Lewis, Mero Cristianismo p.146, 149
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